Cuando la tradición se convierte en diseño

Nuestra filosofía

Bordados Marisol combina tradición y modernidad. Su lema es claro: unir lo tradicional con la moda actual. La marca ha desarrollado una línea propia de prendas casuales con estilo playa, de cortes simples y minimalistas, que permiten al bordado brillar como protagonista.
El objetivo no es solo vestir, sino emocionar. Cada prenda está pensada para que quien la lleve sienta que porta un fragmento de Nicaragua sobre su piel.

Nuestros bordados

Se usan telas ligeras como lino y algodón, que garantizan frescura y durabilidad.

La moda se convierte aquí en una narrativa visual, donde cada puntada conecta con la tierra, con los volcanes, con los bailes y con el alma de Masaya. Y sobre todo: cada prenda cuenta una historia.
Cada puntada en Bordados Marisol no solo embellece: cuenta una historia profundamente ligada al alma nicaragüense.
Nuestros bordados se inspiran en íconos culturales que hablan de identidad y memoria:
Desde los petroglifos del Cailagua, que evocan la sabiduría ancestral, hasta la flora tropical que florece sobre lino y algodón con técnicas como el crochet y el calado.

Hilos que narran nuestra tierra

También bordamos con orgullo símbolos nacionales como el guardabarranco, ave de colores vivos y espíritu libre, y el Macho Ratón, figura emblemática del folklore de Masaya.
En el corazón de Bordados Marisol hay algo más que telas, bordados o moldes. Hay una filosofía tejida con valores que guían cada decisión, cada diseño y cada puntada. Creemos firmemente que el arte puede ser también empresa, que la tradición puede convivir con la innovación, y que el pasado no está peleado con el futuro.
Nuestra filosofía nace del amor por la cultura. Crecimos rodeados de folklore, de bailes, de trajes típicos y de mujeres bordando en silencio. Por eso, cada creación es un homenaje a nuestras raíces.

Creemos en la necesidad de profesionalizar la artesanía. Le apostamos a técnicas industriales, al desarrollo de colecciones, al patronaje y al diseño de producto sin perder el alma del oficio manual. Queremos que el bordado no solo sea un recuerdo folclórico, sino un objeto de lujo, de colección, de orgullo.

Nuestro compromiso con la transmisión de conocimientos es firme: formar a las nuevas generaciones es la mejor forma de asegurar que el arte textil de Masaya nunca muera. Bordar,
Bordar, para nosotros, es una manera de vivir. Y vivir con valores, con coherencia, con propósito, es el verdadero arte.
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